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SandeeA a la vuelta de las vacaciones
SandeeA esperando que se preparen los polo flash. (Photo source)

{Receta incluida en el libro Polos y Helados} Me da envidia la gente que vuelve de las vacaciones con las pilas cargadas, me pregunto cómo lo hacen. Yo a la vuelta de vacaciones siempre estoy hecha polvo y tardo por lo menos una semana en recuperar el ritmo normal. De hecho ahora mismo aunque por fuera disimulo, por dentro me siento igualito que el perro de la foto. Así que hasta que saque fuerzas para volver a encender el horno, la receta de hoy es sencilla a más no poder, totalmente post vacacional.

De pequeña me encantaban los polos flash, flax, o tal y como los denominan en algunas zonas de España para mi gran deleite, polo flan. Podría decirse que venía a ser el helado de los pobres: se trataba de un líquido dentro de un plástico alargado que se congelaba, y cuyos ingredientes principales me temo que eran colorantes y aromas artificiales. Tú realmente querías comerte un frigo dedo, o un frigo pie, pero estos polos se adaptaban más a las economías infantiles. Se presentabas con distintos sabores, fresa, coca cola, naranja, limón, y lima limón, y en varios tamaños: 5 pesetas, 10 pesetas, y posteriormente el de 25 pesetas. Fueran del sabor o del tamaño que fueran, tenían una gran pega: cuando los chupabas se iba todo el sabor (y color) y acababas con un gran polo de hielo. O en el mejor de los casos se te derretía la parte de abajo y se volvía líquido, que era casi lo mejor del flash…

En cualquier caso, a pesar de ser un producto claramente enfocado al público infantil, el que se inventó el polo flash tenía algo de sádico, lo que me hace sospechar si sería familiar del inventor del abrefácil. Aparte de tener que abrir el envoltorio a mordiscos (como cualquier otro envase con abrefácil, no?), y además de congelarte la mano mientras que te lo comías, te cortabas las comisuras de los labios con los bordes de plástico del envase, con lo cual acabábamos todos como pequeñas copias del Joker después de comer un flash de fresa.

La receta de hoy solventa alguno de esos inconvenientes del polo flash tradicional:
– No lleva colorantes, ni aromatizantes. Es solo fruta, agua y azúcar.
– Por mucho que los chupes, no pierden color ni sabor.
– El envase que he usado (Zipzicles) no tiene bordes cortantes, y además se abren fácilmente.

Eso sí, mis hijos se han quejado de que se les congelaban las manitas. Pero a pesar de eso, son el postre más solicitado ahora mismo en casa, y en mi caso ha sido una manera de que Pablo coma naranja y Jorge kiwi, dos frutas a las que han cogido manía respectivamente, vete tú a saber por qué. Así que… os animáis a probarlos? Podéis prepararlos de más sabores variando las cantidades, teniendo un poco en cuenta la cantidad de agua de la fruta en cuestión, y si contiene más o menos azúcar naturalmente (por ejemplo podríais prepararlos de piña también con esta receta que publiqué hace un par de años) Para los que tengáis niños, es una manera muy limpia de que coman polos sin tener que meterles luego enteritos en la lavadora (¿cuando inventarán una lavadora integral de niños? Ahí lo dejo). Y por supuesto, también podéis prepararlos en moldes de polo tradicional, como os explicaba en la última entrada.

Espero que hayáis pasado unas felices vacaciones!


Polos flash

Polos flash



{Polos Flash}

Preparación: 15 minutos (más tiempo de enfriado y congelado)

Cocción: 5 min

Raciones: 12 polos

Ingredientes

    Polos de Fresa:

  • 250 g de fresas, limpias, cortadas y sin pedúnculo
  • 250 g de sirope simple
  • zumo de medio limón
  • Polos de naranja:

  • zumo de 4 naranjas
  • 200 ml de sirope simple
  • zumo de medio limón
  • Polos de kiwi:

  • 4 kiwis, pelados
  • 200 ml de sirope simple
  • zumo de medio limón
  • Sirope simple:

  • 500 g de azúcar
  • 500 ml de agua
  • Preparación

    1. Comenzamos preparando el sirope simple. Ponemos en un cazo amplio o cazuela el azúcar y el agua, y llevamos a ebullición. Cuando hierva, bajamos un poco el fuego para que borbotee suavemente y lo dejamos cocer 2 minutos. Retiramos del fuego y dejamos enfriar totalmente. Conservamos en el frigorífico hasta el momento en que vayamos a usarlo.
    2. Para preparar los polos, solo tenemos que triturar juntos todos los ingredientes del sabor elegido en un robot de cocina o batidora. Podemos colar el líquido antes de preparar los polos, para lograr una textura más suave y uniforme, pero no es necesario
    3. Rellenamos los moldes que hayamos decidido usar: moldes de cubitos de hielo, vasos de plástico, a moldes de polos que pueden encontrarse en cualquier tienda de cocina. Yo usé estos que compré en Ebay. Para rellenar estos Zipzicles, lo más cómodo es usar un embudo, procurando no llenarlos hasta arriba ya que el líquido aumentará de volumen al congelarse (el propio envase Zipzicle tiene una marca donde indica hasta donde se puede llenar). Cerramos los envases herméticamente, y congelamos, idealmente al menos 24 horas, aunque pueden estar listos en unas horas. Si usamos otro tipo de moldes que necesiten palito, como en la última receta de polos de sandía, para colocar el palito, hay varios trucos. El primero, esperar a que la mezcla esté medio congelada para insertar el palito y que se quede sujeto. Otra opción es poner papel film, o papel aluminio cubriendo la parte superior del molde, hacer un pequeño agujero en el centro e insertar a través de él el palito, que queda sujeto de esta manera. Esta es la opción más recomendable cuando quieres preparar polos, meterlos en sus moldes y olvidarte de ellos sin tener que estar pendiente del grado de congelación.

NOTAS:

  • Receta incluida en el libro «Polos y helados»
  • Sobrará sirope simple, podemos conservarlo en un recipiente hermético en el frigorífico hasta que queramos volver a preparar polos. También puede usarse para cócteles
  • Edito porque ya pueden adquirirse estos envases de polo flash en España, por ejemplo en la Tartienda. Como comento en la receta, usé estos envases para preparar los polos flash. Cuestan unos 3 dólares, más 1 dolar de gastos de envío, vienen 12 y son reutilizables, aunque para comerlos con comodidad lo mejor es cortar la parte del cierre. Es una manera muy cómoda y limpia para que los niños coman polos caseros sin ponerse perdidos
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