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Polos de sandía
Polos de SandeeA. Son míos, solo míos

En vacaciones no solo de leer libros de Nora Roberts y Dean Koontz vive el hombre. Así que estoy desarrollando una extraña adicción afición por programas de la tele aún más extraños. Normalmente no veo la TV, sobre todo desde sé que dejan que salga gente como yo. Pero ahora mismo podría pasarme horas y horas viendo programa tras programa. Me encanta Quién da más (en Energy), donde he descubierto que realmente mi vocación frustrada es la de pujadora de trasteros. Crónicas carnívoras (Man vs food, en Energy también) que me deja con ganas de comerme hamburguesas kilométricas envueltas en pizzas enormes acompañadas de muchas patatas fritas. Top Gear (También en Energy) donde salen unos hombres (feos) hablando de coches. Y yo odio los coches! con lo cual no hay ningún motivo para que me encante. Pero me encanta. Y me fascinan Así se hace (Discovery Channel), La casa de empeños (Explora) o El Rey de las Tartas y El vestido de tu boda (ambos en Divinity) (sobre todo cuando la suegra y la madre se llevan fatal). El que idee estos programas es sencillamente un genio.

Por suerte para preparar la receta de hoy no hace falta ser tan genio y además es tan fácil que te permitirá preparar los polos y tragarte todos tus programas de tele favoritos mientras que se hacen. Esta es la segunda vez que publico polos de sandía en el blog, aunque la verdad es que los del año pasado de sandía no tenían más que la forma, y además era necesario un aparato especial para prepararlos. Este año me apetecía publicar una receta de polos a la antigua usanza, como los que hacía mi abuela (riquísimos de leche o limón), y sin necesidad de usar aparatejos o moldes raros… De ahí estos polos de sandía que están preparados en vasos de plástico de chupito (Mercadona) y con ramitas de árbol a modo de palito. La receta sería probablemente mejor si hubiese usado un sirope simple en lugar de azúcar y agua por separado, ya que se logra una menor cristalización en los polos, y una textura más suave al paladar usando un almíbar, pero en esta ocasión como explicaba antes he querido optar por la máxima sencillez para que todos os animéis a prepararlos. En la próxima receta os mostraré cómo preparar polos usando este sirope simple del que os hablo.

Así que no tenéis excusa para no probar este refrescante postre en verano, porque además, a pesar de llevar azúcar, resulta bastante ligero. Eso sí, en otros postres podéis sustituir el azúcar por algún tipo de edulcorante, pero en el caso de los polos no os lo recomiendo, ya que en este caso el azúcar no solo aporta dulzor, sino que cumple una función esencial, que es la de frenar la congelación, mejorando las condiciones de cristalización. Si sustituis el azúcar por otro edulcorante, cuando desmoldéis podéis encontraros con un bloque de hielo en lugar de un polo.

Si usáis ramitas de algún árbol a modo de palito, aseguraos de que no son tóxicos, y que son lo suficientemente fuertes para sujetar los polos del tamaño que vayáis a prepararlos. También es conveniente que la corteza no se desprenda con facilidad. Para colocar el palito, hay varios trucos. El primero, que es el que usado en este caso, es esperar a que la mezcla esté medio congelada para insertar el palito y que se quede sujeto. Otra opción es poner papel film, o papel aluminio cubriendo la parte superior del molde, hacer un pequeño agujero en el centro e insertar a través de él el palito, que queda sujeto de esta manera gracias al papel film, y esta es la más recomendable cuando quieres preparar polos, meterlos en sus moldes y olvidarte de ellos sin tener que estar pendiente del grado de congelación.

En este caso, al ser un polo por capas es necesario estar vigilando los grados de congelación, y estar muy pendientes sobre todo la primera vez que preparamos los polos. Es esencial respetar los tiempos de espera de la receta, y esperar a que las capas estén bien congeladas antes de añadir la siguiente capa, ya que si no esperamos lo suficiente se mezclarán las capas entre sí, y no se logrará el efecto deseado.

PD: Gracias por vuestros consejos en la última entrada para mi pelo! Este año ya no parezco el león de la Metro cuando voy por la playa. Solo una prima lejana 😛


Polos de sandía

Polos de sandía


{Polos de sandía}

Preparación: 20 minutos (más tiempo de congelado)

Cocción: sin cocción

Raciones: 9 polos

Ingredientes

    Capa de sandía:

  • 350 g de sandía, cortada en trozos y quitadas las semillas
  • 50 g de azúcar
  • zumo de medio limón
  • 1 puñado de chips o bolitas de chocolate
  • Capa de limón:

  • zumo de medio limón (unos 50 ml)
  • 150 ml de agua muy fría
  • 2 cucharadas colmadas de azúcar
  • Capa de kiwi:

  • 1 kiwi
  • 50 ml de agua muy fría
  • 2 cucharadas de azúcar
  • Preparación

    1. Comenzamos teniendo preparados los moldes y palitos que vayamos a usar, y asegurándonos de tener espacio en el congelador. En este caso he usado vasos de plástico de chupito, y ramitas del madroño que tengo en el jardín. Para preparar vuestros polos podéis usar multitud de moldes: de polos, de cubitos de hielo, vasos de plástico, papel o cristal… Como palitos podéis usar los que venden específicamente para esos usos (ver notas), palitos de piruleta, o ramitas de algún árbol, si estáis seguros de que no son tóxicos, y no han usado productos químicos
    2. Preparamos ahora la capa de sandía, para ello, trituramos todos los ingredientes (menos los chips de chocolate) en un robot de cocina o batidora. Repartimos la mezcla en los moldes, y lo llevamos al congelador. Pasadas un par de horas, la mezcla habrá comenzado a congelar, aunque no estará del todo sólida. Entonces, con ayuda de una brocheta, vamos empujando los chips de chocolate y colocándolos donde queramos que queden las «semillas». Llevamos de nuevo al congelador 30 minutos, retiramos, y colocamos entonces los palitos de los polos. Si no se sujetan firmes y rectos es porque la mezcla no está suficientemente congelada y habrá que esperar un poco más. Los tiempos son orientativos, es mejor estar un poco atento la primera vez que prepares estos polos
    3. Una vez lista la capa de sandía, y colocados ya los palitos, preparamos la capa de limón, mezclando bien todos los ingredientes. Cuando la capa de sandía esté perfectamente congelada (mínimo 4 horas), vertemos encima una pequeña capa de limón. Llevamos de nuevo al congelador
    4. Cuando la capa de limón esté totalmente congelada (mínimo 4 horas) preparamos la capa de kiwi, simplemente triturando todos los ingredientes. Vertemos sobre la capa de limón, y llevamos al congelador hasta que los polos estén listos (mínimo 4 horas)
    5. Para desmoldar los polos hay varios métodos. El más sencillo en mi caso, ya que los vasos eran de plástico, fue cortarlos y retirar los polos. También pueden dejarse 5/10 minutos a temperatura ambiente, y entonces tirar del palito para desmoldar. Otra opción es pasar los polos por un chorro de agua templada, sobre todo la parte inferior, hasta que podamos sacarlos

NOTAS:

  • Esta receta quedaría mejor usando un sirope simple en lugar de azúcar y agua por separado, ya que se logra una textura más agradable al paladar en cualquier polo, pero en esta ocasión he querido optar por la sencillez. En una próxima receta os mostraré cómo preparar polos usando este sirope simple
  • Si usáis ramitas de algún árbol a modo de palito, aseguraos de que no son tóxicos, y que son lo suficientemente fuertes para sujetar los polos del tamaño que vayáis a prepararlos. También es conveniente que la corteza no se desprenda con facilidad. Podéis encontrar moldes de polos aquí, y palitos de madera para polos aquí
  • Son importantes los tiempos de espera, y que las capas estén bien congeladas antes de añadir la siguiente capa, que preferiblemente estará fría también. Si no lo hacemos así, se mezclarán las capas y no se logrará el efecto deseado
  • La idea de usar ramitas para los polos la ví en este post de Martha Stewart
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